
Estudiantes UBB fortalecen red comunitaria en torno a prácticas sustentables y saberes ancestrales en Chillán
El martes 13 de mayo, se realizó en la Escuela Básica La Castilla de Chillán el cierre del proyecto “Educación desde la tierra: Prácticas sustentables para el fortalecimiento de organizaciones de la Región de Ñuble”, iniciativa impulsada por estudiantes de la Universidad del Bío-Bío en el marco del Fondo de Vinculación con el Medio Estudiantil con el Ecosistema Público Regional.
El proyecto fue liderado por el estudiante de Trabajo Social, Paulo Paredes Daure, junto a sus compañeras de carrera Fernanda González Rojas y Julianna Curiel Sandoval, y su compañero Claudio Riquelme Poblete, además del estudiante de Ingeniería en Recursos Naturales, Bastián Díaz San Martín. El equipo contó con el respaldo de la funcionaria y estudiante de postgrado Constanza Pérez Mora; del académico del Departamento de Ciencias Sociales, Héctor Vargas Muñoz; y del encargado técnico del CIISETS UBB, Sady Leaman Hasbún.
La propuesta buscó promover una red de colaboración entre organizaciones, instituciones y comunidades locales interesadas en el desarrollo de huertas comunitarias, integrando un enfoque sustentable y de rescate de saberes ancestrales. Así, se desarrollaron instancias participativas que unieron a estudiantes universitarios, representantes de pueblos originarios, docentes y estudiantes de enseñanza básica.
El proyecto se desarrolló a través de tres actividades principales: un encuentro diagnóstico, una jornada de intercambio de semillas y saberes ancestrales denominada Lawen, y un taller de huerta en la Escuela La Castilla, donde se concretó la aplicación práctica del conocimiento.
“Nos parece que esta actividad es altamente bidireccional, y eso es bien importante de relevar. Se reúnen estudiantes UBB, personas de organizaciones de pueblos originarios, docentes y estudiantes de enseñanza básica, quienes son los destinatarios directos de esta acción. Es decir, todas y todos ganamos”, destacó Sady Leaman, encargado técnico del CIISETS UBB.
Esta iniciativa se enmarca en el compromiso de la Universidad del Bío-Bío con la democratización del conocimiento, la sustentabilidad y la formación integral de sus estudiantes, a través de experiencias que fortalecen el vínculo entre la academia y el territorio. Desde esta perspectiva, el proyecto permitió compartir experiencias, generar vínculos de confianza y fomentar una conciencia ecológica activa en las y los participantes.
Para la representante del Programa Especial de Salud y Pueblos Indígenas (PESPI), Mónica Astete Paillanao, la participación de niñas y niños fue clave: “Soy una convencida de que la vinculación con los niños es lo más importante, porque así como plantamos semillas, esta semilla humana es la que llevará nuestra medicina y nuestros árboles nativos, cuidando y preparando el medioambiente para su generación. Si como adultos nos estancamos y no les enseñamos nada, nuestros niños crecerán sin conocimiento. Para mí ha sido un gran agrado; aprendí de ellos, así como ellos también aprenden de lo que uno sabe”.
Las actividades se realizaron tanto en la huerta del campus La Castilla UBB como en la Escuela La Castilla, permitiendo fortalecer el vínculo con el entorno y aplicar los conocimientos adquiridos en contextos reales. Las colaboraciones con el PESPI, la comunidad estudiantil UBB y organizaciones locales permitieron implementar un enfoque integral de aprendizaje significativo y compromiso territorial.
“Vimos una necesidad de resaltar las acciones de prácticas sustentables junto a prácticas ancestrales, con representantes de pueblos originarios y compañeros de distintas carreras. Este aprendizaje con los estudiantes, que en forma de metáfora son una semilla en crecimiento, permite enriquecerlos con conocimientos importantes”, señaló Paulo Paredes, estudiante de Trabajo Social UBB.
El cierre del proyecto dejó huellas en la comunidad educativa de la Escuela La Castilla, como lo expresó la estudiante de Trabajo Social, Julianna Curiel Sandoval: “Lo que nosotros quisimos hacer fue llevar algo más práctico a los estudiantes, para que también se sientan parte de este proyecto y de las iniciativas que queden en el futuro por desarrollar. Que pongan las manos en la tierra, que aprendan sobre las plantas, no solamente a plantar semillas, sino el significado y las connotaciones ancestrales que tienen”.
El trabajo desarrollado consolida el rol de la Universidad del Bío-Bío como un espacio de encuentro y articulación con el territorio, impulsando una cultura de sostenibilidad, participación activa y valoración de los saberes comunitarios.